A continuación
se presenta un resumen con los aportes más relevantes del artículo: “El
Pensamiento Educativo de los Sofista”.
El artículo
tiene como fin el evidenciar el aporte a la educación como disciplina por parte
de los sofistas.
Uno de los
aportes de la pedagogía de los sofistas es la importancia de la retórica. Los
sofistas veían importante la formación en la retórica y el lenguaje, ya que
formaban a sus ciudadanos para la actividad más digna: la política.
La
formación política para los sofistas era lo más importante en la educación de
sus ciudadanos.
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El
pensamiento de los sofistas y su aporte a la educación presenta antecedentes
históricos, sociales y culturales de la época y la sociedad en la cual
vivieron. Específicamente en la época histórica Ilustración Helénica. El surgimiento de nuevos
descubrimientos, el desarrollo de la criticidad social, el teatro, entre otros
aspectos marcaron este pensamiento dando, como menciona la autora del artículo,
un giro.
Dos
términos importante dentro del texto son: areté
y paideia. Términos griegos que significan:
- Paideia: “educación, cultura y formación intelectual”. (Ramírez, 2014, p. 63).
- Areté: “es fundamental para entender la vida cívica, significa excelencia o superioridad, también virtud en sentido competitivo”. (Ramírez, 2014, p. 63).
Un sofista, menciona la autora, se puede describir como:
“El sofista
es, entonces, un profesional de la educación y la cultura, que ofrece una
formación general al ciudadano, para hacerlo mejor en su conducta privada y
pública”.
(p. 63).
Aspectos
como el legado de la retórica, la formación ciudadana, la argumentación, entre
otros, son heredados por el sofista y su aporte a la educación. Además, la
autora menciona que los sofistas son especiales ya que son los creadores de la
pedagogía. Es uno de los aportes más relevantes de los sofistas, permitieron
que la educación en vez de reproducirse, se diera de manera consciente.
“En el
estudio de la educación, los sofistas merecen un lugar especial. Se puede afirmar
que son los creadores de la pedagogía como práctica o acción deliberada y
consciente”. (p. 61).
El
giro antropológico, menciona la autora, en cuanto a la racionalización y
apostar por lo humano, se evidencia la propuesta educativa de los sofistas. Y
esto se debió a los cambios sociales que se presentaban en la época, desde el
poderío o militar hasta lo fenómenos sociales y políticos que se producían, especialmente los
sociopolíticos. Y es acá en donde se evidencia el areté:
“Su éxito
se debió en parte a la demanda social de educación superior para destacar en la
política, pues eran grandes maestros de retórica, indispensable para triunfar
en la vida pública. El bien hablar era una excelencia (areté) que los sofistas supieron enseñar muy bien”. (p. 63).
Y
es que para los sofistas estos elementos eran vital para el buen téchne politiké, el ser buen ciudadano y
el arte de realizar las cosas bien.
El
énfasis en la retórica era vital. La retórica era forma de competencia, de
realizar los mejores discursos para convencer sobre sus propuestas y
argumentos.
Los
sofistas consideraban que la virtud era importantísima, y es la virtud la que
permitía el desarrollo de una ciudadanía con sentido de justicia y pudor. La
virtud era el sentido de moralidad, la moral hacia mejores ciudadanos. Y además
consideraban que la moral se transmitía
entre maestros-discípulos.
Consideraban
que la educación no hacía a una persona buena o mala, sino mejor, le permitía
desarrollarse y acoplarse al entorno.
La
enseñanza era virtuosa en la época de la Ilustración helenística, tan virtuosa
que aquellos que cobraban por sus enseñanzas eran criticados como mercaderes de
la educación. Los sofistas fueron criticados por Aristóteles, por ejemplo:
“Y, como
para algunos es de más utilidad parecer que son sabios que serlo y no parecerlo
(pues la sofística es una sabiduría que parece tal pero no lo es, y el sofista
es uno que lucra por medio de una sabiduría parece tal pero no lo es), es obvio
que necesitan parecer que hacen trabajo de sabios más que hacerlo y no
parecerlo”. (Aristóteles citado por Ramírez, p. 64).
Pero,
¿cuál es el aporte de los sofistas a la educación? Para responder a esto,
menciona a la autora, hay que comprender la relación entre la educación y el
concepto de paideia.
Ramírez
cita a Villagra (2002) y menciona que esa relación tiene que ver con la
apropiación las aptitudes físicas y espirituales ideales.
Es
decir, en síntesis el areté tiene que ver con adquirir la virtud y todo lo que ella encierra; y el
paideia se relaciona con la certeza y evidencia de que los ideales espirituales
y las aptitudes se adquieran. Dentro del artículo se describe la siguiente
relación que ejemplifica lo anterior:
“En tiempo
de Sófocles se sitúa el origen de la educación como paideia, con base en la idea de la “crianza del niño”,
dirigiéndose hacia el concepto de la areté
humana, abarcando el conjunto de las exigencias ideales, corporales y
espirituales, en el sentido de una formación espiritual plenamente consciente.
La definición del camino que debía seguir la educación para llegar a la areté, parte de una idea unitaria de
la formación humana, la cual evoluciona desde la concepción aristocrática hasta
el ideal político del hombre vinculado a un estado de derecho”. (p. 65).
Por
lo tanto, para los sofistas la educación se concentraba en evidenciar el
conocimiento que se obtenía, especialmente en la política. La educación se
centraba en formar competentes para la función pública, política y
representación ciudadana. La
racionalización de la educación en pos de la política y el servicio de la polis
fue donde se centró la enseñanza de los sofistas.
La
educación más que una teoría, era vista como una técnica para los sofistas. La
técnica se evidenciaba en el pensamiento, la forma del lenguaje y el discurso.
Es decir, la retórica fue la base de la educación entre los sofistas, aspectos
como el discurso, el debate y la argumentación eran importantes dentro de la
educación sofista.
Bibliografía
Ramírez
Hernández, I. (2014). El Pensamiento Educativo de los Sofista. Filosofía UIS, 13 (1), 59-72.